La menta es una de las plantas más utilizadas para aliviar malestares, especialmente de la garganta, pero es también un gran ingrediente si quieres tratar los problemas estomacales y aliviar las molestias que estos causan.
Uno de los primeros síntomas que puedes notar en tu cuerpo de que algo anda mal en tu digestión es la inflamación. Esta puede darse por el síndrome de intestino irritable, gastritis, mala digestión, colitis y más, que van acompañados de estreñimiento o diarrea.
Las propiedades de la menta tienen distintos efectos en el cuerpo, las carminativas, por ejemplo, se encargan de expulsar el exceso de gases del intestino, mejorando la digestión y favoreciendo la eliminación de inflamación.
Sus propiedades coleréticas, ayudan a que el hígado produzca más bilis, originando la motilidad investían y activando el hígado perezoso.
Además, la menta tiene propiedades antiespasmódicas, así que se encargará de eliminar los espasmos abdominales que provocan el vómito y re reducirán los cólicos abdominales.
La mejor manera de obtener us beneficios es con una infusión hecha de hojas de menta naturales. Puedes consumirla durante todo el día y reducir la cantidad a una taza por comida el segundo y tercer día. Poco a poco irás notando cómo la digestión es cada vez mejor.
Agrega un poco de raíz de jengibre y tómalo por las noches para depurar tu cuerpo y despertar con un vientre libre de inflamación.
Puedes también utilizar un aceite esencial de menta para aliviar el malestar dando un ligero masaje en el área del vientre.
Fuente:Salud180